Este edificio corporativo de seis niveles ha sido concebido como una propuesta arquitectónica sobria y elegante, diseñada para integrarse de manera respetuosa al entorno urbano en el que se encuentra. La fachada y los muros principales están revestidos en mármol travertino, un material atemporal que aporta textura, durabilidad y una presencia sofisticada al conjunto. Este acabado se complementa con un tratamiento paisajístico de jardinería vertical que incorpora especies colgantes y trepadoras, generando un diálogo visual con la naturaleza urbana circundante.

Ubicado en una de las colonias más antiguas y representativas de la Ciudad de México, el proyecto evita imponerse al contexto y, en cambio, busca armonizar con su diversidad arquitectónica y su carácter patrimonial. Lejos de competir con su entorno, la edificación recupera los valores de neutralidad, sobriedad y elegancia, respetando tanto el arbolado de la calle como los materiales tradicionales de las construcciones vecinas, como la cantera de la casa catalogada por el INBA que se encuentra a un costado.

El resultado es un edificio que destaca sin alzar la voz: una propuesta contemporánea que respeta el pasado y convive con el presente, integrando arquitectura, paisaje y contexto urbano en una solución coherente, funcional y visualmente equilibrada.